Ir al contenido principal

Tan insuficiente [adaptación libérrima de otra locura lírica escrita hace tiempo]

Ya no tengo nada que perder,
no queda nada que ocultar,
ni redoblo mis apuestas.

Por esta ilusión de merecer que el tiempo debe perdonar
a los que no tienen respuesta, voy atravesando la pared
porque es difícil, hoy, volar, y no tentarse en los balcones.

Y aunque sea imposible de prever,
       ya ves,
me cuesta respirar
                            con tanta mierda en mis pulmones.

Hoy
todo es tan de menos
tan de más
                 tan insuficiente.

Hoy
todo es tan ajeno
tan mortal
                 inevitablemente

Cargo en mi espalda los porqués
de la discusión con mi destino
y alguna que otra yerba.

Y aunque esquivo con astucia los tal vez
me choco en mi camino con Sísifo y su piedra.

Voy rodando junto a mi niñez
y el tipo que ya no seré me pide explicaciones;

tras los pasos de alguna mujer [pálida e infiel] encuentro sus razones.

Hoy
todo es tan de menos
tan de más
                 tan insuficiente.

Hoy
todo es tan ajeno
tan mortal
                 inevitablemente

Descartando toda sensatez, sitiado por el más acá, maltrato una guitarra;
voy dejando atrás la lucidez y en mi cuenta personal solo queda esta resaca.

Comentarios

  1. "El tipo que ya no seré me pide explicaciones", te la robo. Me encantó.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Tempestad

Siglos de soledad fría mañana turbia. En esta tempestad,                                                 desangrándote. Sombras en la pared el tiempo que no llega; un después que tiende a                                                      desaparecer. Nubes de cal cubren mi ventana gris; en la oscuridad busco tu luz. El destino apuesta por última vez. En la oscuridad, enlaoscuridad , tu luz. Se marchita el sol con sus besos rabiosos. El silencio viene                                                  sin saber de vos. Ríos de sal tiñen tu grito febril; en la oscuridad busco tu luz. Agoniza el sueño sin saber por qué. En la oscuridad de esta tempestad, tu luz.                                                                        MARZO 2013

Larga noche

" Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí." Augusto Monterroso      Oscuridad. Frío. La humedad perforando los huesos. Antes... no, no recordaba el antes. Sentía que desde su antes hasta su ahora habían pasado días, meses... siglos. Siglos de vivir huyendo, temblando por las noches, escuchando un rugido a la distancia, o unas fauces moliendo huesos, o el quejido de algún infeliz que no corrió con la misma suerte.    Suerte, muerte, peste. Notaba la pestilencia de la caverna en la que ahora se encontraba pasando los segundos empapado en una oscuridad amenazante.   Oscuridad, penumbra ; ojos abiertos o cerrados, da igual.   Ahora no se vislumbraba nada. No había ni siquiera esa luz primigenia que había originado las sombras que durante tanto tiempo lo habían perturbado. Quizás por eso sus párpados, pesados, no reaccionaban; no respondían, negándose a sucumbir ante la curiosidad.   ¿Acaso no fue la asesina del gato? ¿y entonces? ¿por qué ahora él

ELENA*

“y luego, como si le hubieran soltado los resortes de su pena,  se dio vuelta sobre sí misma una y otra vez, una y otra vez” (Juan Rulfo)   –porque ‘no’ y ¡listo! –dijo Elena.       Fue un ‘no’ rotundo y enfático, preciso y determinante; un ‘no’ tan amargo que las palabras que vinieran después estarían de más; sin embargo, el golpe seco del revés de la mano de Mario dejó en claro que ese ‘listo’ no había dado por terminada la conversación.   Ella se frotó el lado de la cara donde el ardor aún se mantenía firme y detuvo las lágrimas antes de que se hicieran evidentes. no voy a llorar , se dijo a sí misma.   Mario la miraba con la impunidad de los que saben que jamás recibirán respuesta. ‘a los perros los acostumbrás a los golpes –le había dicho su padre alguna vez–, se conforman con los huesos’, y él creció viendo a su madre acostumbrarse.      –¿ve lo que me hace hacer? –le dijo Mario con tono amenazante.    Elena no respondió; no dijo nada; no hizo gesto a